domingo, 6 de noviembre de 2011

Su bar favorito se llamaba "La Espera".

Cuentan que el vendedor de sonrisas vivía en el portal 24, justo encima de la Señorita Esperanza, compartiendo rellano con la tímida y silenciosa amiga Muerte. Tenía un pisito modesto, del que sólo salía los días de lluvia, aunque nunca nadie llegó a entender demasiado bien por qué.
Cuentan también que era un hombre bajito, calvo y educado, con tendencia a andar siempre medio encorvado. Le gustaba ir de traje y pajarita oscuros, a juego con sus mocasines resplandecientes, en contraste con una camisa blanca que acostumbraba a llevar impoluta. Cuando sonreía, además, movía el bigote de un lado a otro, como si le hiciera demasiadas cosquillas. Tenía su chiringuito montado en la esquina de la Calle Princesa, dónde esperaba a las "carita de pena" con una taza de chocolate y el brazo preparado para abrirles la puerta. Cultivaba amapolas de todos los colores, y con ellas adornaba su tienda incluso en los lugares a los que no alcanzaba la vista. Creía también en el poder de los molinillos de viento, que había conseguido hacer girar  aunque faltaran las corrientes de aire, y en la magia de los juguetes de latón, los de toda la vida, que funcionaban con cuerda y traqueteaban en sus movimientos patosos. Le gustaba el olor de las almendras recién hechas, los adornos de madera pintada en tonos sencillos, el olor a viejo de los libros y el resultado de combinar todo esto con el ruido de la lluvia al chocar contra el gran ventanal, que ocupaba una parte importante de la pared de su pequeño local.
Lo que nadie cuenta es que todos los días a las ocho y media, tras cerrar la tienda y asegurarse de que todo estaba en orden, el vendedor de sonrisas se metía en el bar del Tío Poncho, y allí se tomaba un vaso de whisky tras otro, hablando de chicas con ray-ban y cazadoras de cuero que buscaban un príncipe azul montadas en moto,  de hombres que le tenían miedo a su jefe, y de jefes que le tenían miedo a sus madres. Bebía y bebía y bebía hasta que se le torcía la pajarita. y el camarero decidía que era hora de cerrar. Se iba entonces haciendo eses todo recto por la avenida, y aunque el itinerario cambiaba de lunes a martes y de martes a miércoles, siempre acababa en el parque del Retiro, con la mirada perdida en el fondo del lago. La verdad, nunca se supo que iba a hacer allí, pero se quedaba siempre hasta las cuatro horas y dieciséis minutos, ni un segundo más, ni uno menos. Cigarro arriba, cigarro abajo; el tiempo pasaba con él apoyado en la barandilla de piedra, y cuando llegaba la hora, se daba la vuelta. Llegaba a casa con los ojos enramados, el rostro arrugado y cabizbajo, apenas atinando con la llave en la cerradura, y se tiraba en el sofá sin ganas, olvidando desatarse los zapatos. 
La mañana de enero en que lo encontraron, había decidido seguir con la fiesta en su casa. Dicen, cuentan, que aquella noche, en el lago, las cosas habían marchado diferente. Hay quien asegura haber visto al vendedor de sonrisas tirarse al agua y nadar hasta el centro mismo del estanque, como si intentara alcanzar sin éxito algo que sólo podían ver sus ojos. Algunos defienden que buscaba a una sirena hija del mismísimo Neptuno porque quería que le devolviera su alma; otros que aquella noche descubrió que la luna y su reflejo eran algo inalcanzable incluso para alguien de sus características. Los más realistas, por otro lado, piensan que se volvió loco, loco de tanto esperar. Sea verdad una cosa o la otra, quizás ninguna, o puede que todas a la vez, la única certeza que tenemos hoy en día es que poco se sabía realmente del pequeño señor del bigote simétrico y la camiseta impecable. Bueno, miento. También sabemos que aquella noche, al llegar a casa, ya no le quedaban sonrisas de repuesto en el armario.

3 comentarios:

  1. ese cocodrilo debe estar muy bien alimentado

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  2. Guauu :O! Me ha enamorado tu texto :)! Supong que apoyo la idea que se volvió loco de esperar...
    Vi que hace tiempo comentaste en mi blog asi que pasaba a darte las gracias, y de paso te sigo que me ha encantado!

    Besosss!!

    ☮☮☮

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  3. Me he leido tus textos :) son geniales, ¡enhorabuena!

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